La Casa de la Fortuna, Cartagena

Se trata de una vivienda hallada en 1971, de 204 metros cuadrados, resultado de una excavación en un solar donde se iba a construir una serie de viviendas y oficinas de una entidad bancaria. Gracias a ello, se descubrió restos de la calzada y de dos viviendas romanas, siendo la Casa de la Fortuna, la que presenta una planta completa.

Parece ser que se trata de una domus de vivienda unifamiliar, propia de la clase acomodada, datada a finales del siglo I a.C., que se mantuvo en uso hasta finales del II a.C., momento caracterizado por una crisis generalizada. Esta domus presenta dos accesos, la puerta principal y una trasera, que conectaban con el cardo.

Interior de la Casa de la Fortuna, Cartagena. Fuente en: http://bit.ly/2hBqN3c
Interior de la Casa de la Fortuna, Cartagena. Fuente en: http://bit.ly/2hBqN3c

A través del vestíbulo se accedía al atrio, en torno al cual estaba organizada la casa y distribuidas el resto de estancias, como los cubicula, el tablinum, el triclinium, el hortus y una zona de servicios. Además se ha encontrado un herma, vajilla, monedas, objetos de adorno personal, lucernas, pesas. Todo esto nos da una visión de la vida doméstica durante la etapa romana. Pero, sobre todo debemos destacar los hallazgos de pinturas murales y mosaicos, e incluso, de una inscripción en la puerta trasera que decía “Fortuna propitia”, traducido como “Buena suerte”, lo cual ha dado el nombre a la casa. Las pinturas contienen elementos decorativos como cornucopias con un cisne, candelabros, sátiros, granadas, flores… Respecto a los mosaicos, podemos decir que presentan rombos y esvásticas.

Mosaico romano hallado en la Casa de la Fortuna, Cartagena. Fuente en: http://bit.ly/2hBqN3c
Mosaico romano hallado en la Casa de la Fortuna, Cartagena. Fuente en: http://bit.ly/2hBqN3c
Pinura mural romana hallada en la Casa de la Fortuna. Fuente en: http://bit.ly/2hBqN3c
Pinura mural romana hallada en la Casa de la Fortuna. Fuente en: http://bit.ly/2hBqN3c

Puesta en valor

Debido a la importancia del descubrimiento, la propia entidad bancaria financió los trabajos, y abrió la casa al público, donde se podía acceder a los restos de calzada, atrio y triclinium. En 2003 Cartagena Puerto de Culturas musealizó los restos hallados de 1971 y 2000, permitiendo visitar completamente la casa. Esto fue gracias al proyecto del arquitecto Andrés Canovas.

Para los interesados en realizar una visita, en el siguiente enlace podéis observar los precios y horarios.

Además, os dejo un artículo escrito por Alicia Fernández Díaz, del área de arqueología de la Universidad de Murcia, llamado El programa pictórico de la Casa de la Fortuna.

 

Webgrafía:

http://www.cartagenapuertodeculturas.com/publicas/que_visitar/casa_fortuna/_VdVVyvc4JcqPwCJkDU9llA

Mosaicos

Al igual que vimos con la pintura, el mosaico tiene sus antecedentes en el mundo helenístico. Se introducirá en Roma por medio de mosaístas griegos, y no será hasta la época plena del Imperio, cuando pase a manos de los artistas romanos. La finalidad de éste era enriquecer y decorar lo más posible las estancias mediante presentaciones de los grandes temas de la pintura mural y de caballete, con un gran cromatismo. La técnica generalizada era la de opus tessellatum, que consistía en una serie de teselas, pequeños cubos de medio centímetro aproximadamente, que solía ser de mármol, pero también podía encontrarse de azulejo, vidrio coloreado o cerámica.
Debemos destacar cuatro tipos de mosaicos:

  • Mosaico de alfombra: tiene su esplendor durante el siglo II d.C. Se componen temas geométricos y floreados por medio de teselas marmóreas de diversos colores, tendiendo a ser de blanco y negro. Podemos observar magníficos ejemplos en Itálica, Sevilla.

    Mosaico de alfombra con motivos florales (Sevilla, excavaciones de Itálica). Fuente en: http://bit.ly/2hmI8x2
    Mosaico de alfombra con motivos florales (Sevilla, excavaciones de Itálica). Fuente en: http://bit.ly/2hmI8x2
  • Mosaico de alfombra con figuras: esta tipología combina los modelos geométricos y floreados anteriores con pequeños paneles que albergan figuras y pequeñas escenas, como el llamado Mosaico de la Loba, donde se representa la loba capitolina en un círculo central, que se encuentra en el Museo Arqueológico de Córdoba.

    Mosaico de las figuras (Córdoba, Museo Arqueológico; procedente de Alcolea del Río). Fuente en: http://bit.ly/2hmHIXJ
  • Mosaico helenístico: se dio durante los siglos II, III y IV. Se denomina así puesto que consistía en reproducir los cuadros más famosos del mundo griego cásico, postclásico y helenístico. Se trata, como dice Olagüer-Feliú, de la muestra de una fidelidad romana hacia los maestros helenos del pasado, que se observa no solo aquí sino también en las pinturas murales y de caballete.

    Mosaico de las Tres Gracias (Barcelona, Museo Arqueológico). Fuente en: http://bit.ly/2hqig46
    Mosaico de las Tres Gracias (Barcelona, Museo Arqueológico). Fuente en: http://bit.ly/2hqig46
  • Mosaico costumbrista: fue el más extendido por las provincias del Imperio, sobre todo encontrándose en las viviendas menos importantes y casas de campo. Esto no quiere decir que sean de peor calidad, sino que busca la representación de escenas de la vida cotidiana, paisajes decorativos, representaciones animalísticas lo más reales posibles, algunos temas anecdóticos, en contraposición con las tipologías anteriores, que buscaban simetría, simbolismo y una mirada al pasado griego. Por tanto, son muy frecuentes las escenas de caza y pesca. Tampoco faltan las escenas de anfiteatro con luchas de animales y cacerías, ni el paisaje, que se buscaba representar lo más realista posible.
Mosaico de los pescadores (Trípoli, Museo del Castilo; procedente de la Villa del Nilo de Leptis Magna). Fuente en: http://bit.ly/2gxArrr
Mosaico de los pescadores (Trípoli, Museo del Castilo; procedente de la Villa del Nilo de Leptis Magna). Fuente en: http://bit.ly/2gxArrr

Por último destacar los mosaicos de Piazza Armerina, al sur de Sicilia, fechados entre el 310 y el 330, encontrados en 1929, ya que se trata del conjunto de mosaicos romano más extenso e importante de los que se conservan hasta ahora, presentando una superficie de 3.500 metros cuadrados.

Bibliografía:
Olaguer-Feliú, F. (1989): La Pintura y el Mosaico Romanos, editorial vicens-vives, Barcelona, págs. 37-43